Con la nueva generación del V60, Volvo demuestra que es posible combinar elegancia y funcionalidad. ¿Es el coche sueco tan atractivo como su plumaje? La respuesta está al volante de la versión D4 de 190 CV.
La compañía sueca atraviesa un periodo muy dinámico en su historia: un año excepcional, la creación de una nueva marca (Polestar) y un coche del año (XC40). Todo va bien para Volvo, que empieza a recoger los frutos de una inversión de más de 11.000 millones de dólares desde 2010 y su adquisición por el gigante chino Geely.
El plan de producto de pirámide invertida, que renueva primero la parte alta de la gama (XC90, S90, V90, XC60, etc.) y luego desciende en cascada, afecta ahora a un mercado que ha sufrido desde la explosión de los SUV: el de las berlinas medias y sus variantes, como el familiar. Cuando un fabricante propone una nueva berlina, presenta primero la versión clásica, equipada con un maletero (o un portón trasero) antes de desvelar su versión familiar, a veces meses después. Pero Volvo ha decidido cambiar las cosas. La empresa sueca justifica este cambio por el aspecto histórico del patrimonio de Volvo, que ha durado 60 años. Un respeto por la herencia pero, sobre todo, un furioso deseo de comercializar primero la carrocería más vendida.
El wagon sueco ha vuelto a su primer amor, el wagon «real» que no abandona la practicidad en favor de la apariencia. Sin embargo, las elegantes líneas del nuevo Volvo V60 demuestran lo contrario. El V60 es casi 12 cm más alto, con 4,76 m, gracias a la plataforma modular SPA utilizada en el XC60. La distancia entre ejes ha aumentado en 9 cm en beneficio de las plazas traseras. La ganancia de pasajeros es obvia de una generación a otra, pero eso no lo convierte en el mejor host del mercado. Las personas más altas encontrarán el espacio para las piernas justo y, como siempre, el tercer asiento es estrecho y está penalizado por el túnel de transmisión. Por otro lado, el volumen del maletero gana un centenar de litros para volver a la media del mercado con un resultado de 529 litros con la banqueta colocada y 1.364 litros con los asientos abatidos.
No llega a la altura del Mercedes, cuyo volumen oscila entre los 620 y los 1.480 litros, pero gana un portón trasero eléctrico (opcional) y un asiento corrido (60/40) abatible eléctricamente desde el maletero (acabado alto). La modularidad sigue siendo clásica para la categoría, pero las familias apreciarán los progresos realizados en esta nueva generación.
El ambiente es zen y la presentación es cuidada. Es una pena que el sistema multimedia sea tan complicado de utilizar.
El diseño del interior se acerca a los últimos modelos (XC40, etc.) con una pantalla multimedia vertical en el centro que no es muy fácil de usar. La presentación es impecable y la elección de los materiales crea una atmósfera zen que contrasta con la austeridad de sus competidores alemanes. El V60 combina eficazmente elegancia y tecnología a bordo.
En su lanzamiento, la gama de motores se basará en dos diésel que desarrollan 150 CV (D3) y 190 CV (D4), ambos con tracción delantera y exentos de franquicia. Fue al volante del segundo asociado a la caja de cambios automática Geartronic de 8 velocidades que realizamos nuestra prueba. El motor de cuatro cilindros puede contar con su musculoso par motor (400 Nm) para compensar el peso extra del coche sueco (1.740 kg) y ofrecer así una sólida aceleración. Sin embargo, tendrás que ser tolerante con la caja de cambios, que es más adecuada para una conducción suave. Durante la conducción, este V60 es un auténtico Volvo seguro que parpadea por todas partes y recuerda al conductor la orden al menor desvío, pero para cortar la carretera, responde. Sobre todo, si se consulta la opción de «suspensión neumática» que, además de ofrecer una amortiguación excepcional, corrige la actitud del vehículo para garantizar un apoyo sólido en el modo «dinámico». Volvo también ofrece otros sabores de chasis para su V60, como una suspensión pasiva con dobles trapecios delante y una suspensión trasera con brazos, así como una suspensión controlada.
El elevado peso del coche sueco afecta a la agilidad y a la capacidad de respuesta de la carrocería, que es menos dinámica de conducir que sus competidores alemanes en carreteras secundarias. No esperes que marque un tiempo ni que brille en carreteras reviradas, señala el concesionario Crestanevada compramos tu coche. La actividad favorita del V60 es viajar. Es un buen coche familiar ideal para cortar el tráfico en silencio y con comodidad. En autopista, la magistral insonorización del ruido del aire y de la carretera contrasta con la de otros coches familiares de gama alta. Volvo domina totalmente el tema del confort y este V60 no deja de estar a la altura.
Los motores de gasolina híbridos recargables T6 (340 CV) y T8 (390 CV), ambos con tracción total, no estarán disponibles hasta principios del próximo año. A finales de año llegará una versión «Cross Country».