El mercado chino es actualmente uno de los más importantes del mundo para todos los grandes fabricantes de automóviles; para el Grupo BMW, China ocupa actualmente el tercer lugar, por detrás de Alemania y Estados Unidos. Sin embargo, en términos de tasas de crecimiento, cabe suponer que es sólo cuestión de tiempo que China ocupe la primera posición para casi todos los fabricantes.
Tales expectativas se han visto ahora seriamente mermadas, porque al parecer Pekín ha visto suficientes atascos y ha decidido, por tanto, una seria intervención en los mercados libres: El año que viene, el número de nuevas matriculaciones se reducirá a 240.000 vehículos y, por tanto, en aproximadamente dos tercios en comparación con 2010. Hay muchos indicios de que Pekín podría ser un modelo para numerosas ciudades y posiblemente incluso para toda la República Popular.
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Tras el anuncio, las cotizaciones de los fabricantes alemanes estuvieron entre las grandes perdedoras del mercado bursátil, arrastrando al Dax a números rojos. Aunque China ayudó a compensar los descensos de otros mercados en los últimos meses, este efecto positivo de China podría invertirse ahora y provocar un descenso de las ventas mundiales de prácticamente todos los fabricantes activos en China.
Aún no se sabe con certeza si otras ciudades además de Pekín decidirán también restringir las matriculaciones de automóviles nuevos, y en este sentido la situación actual es aún manejable en su dramatismo. Sin embargo, si otras ciudades siguieran el ejemplo de Pekín, las consecuencias serían considerables. Informaremos cuando haya más datos fiables.